El proceso en las etapas de viaje ha cambiado. El producto principal ya no son los destinos, sino las experiencias y emociones que podamos llegar a vivir los viajeros.
Por esta razón, ya no consideramos importante qué se ofrece sino cómo se ofrece. Además, las funciones de los actores se ha diversificado, el viajero no se queda al margen sino que somos clave en el proceso del viaje. Antes, el tour operador o la agencia de viajes intervenían casi por completo tanto en la inspiración, la planificación y la reserva. El primer gran cambio llegó con internet al ofrecer la posibilidad de reserva y comparación online.
Ésta era la planificación del viaje antes:
[box] Destino turísitico –> Inspiración –> Planificación –> Reserva –> Viaje[/box]
Y ésta, la planificación del viaje ahora:
El destino turístico surge de la combinación de los recursos histórico-monumental, cultural y natural. Éstos son permanentes y representativos del lugar en concreto, lo único que varía y puede captar nuestra atención a la hora de destacar un destino sobre otro es la oferta turística en lo referente a infraestructuras, servicios y equipamientos.
La inspiración. Mientras que antes provenía del boca a boca o agencias turísticas, en la actualidad a través del contenido multimedia en internet y las redes sociales las experiencias llegan de primera mano de otros viajeros. Nos sentimos atraidos e inspirados tanto por las vivencias de otras personas.
Planificación. Internet ha dejado atrás revistas y agencias de viaje, y ahora es la herramienta por excelencia de consulta sobre rutas, alojamientos o transporte más utilizada junto con las referencias de otros viajeros. Los metabuscadores como tripadvisor o booking han simplificado la tarea de comparar, ellos mismos lo hacen por ti y luego te dirigen al proveedor para realizar la compra en su web.
Reserva. De forma directa y sin intermediarios se reserva y compra todo lo necesario para el viaje a través de internet.
El viaje. Los turistas estamos conectados permanentemente a internet. Lo utilizamos para consultar sobre restaurantes, museos, transportes, etc. a la vez que podemos llegar a compartir nuestras experiencias al momento a través de las redes sociales.
Compartir. Además de compartir mientras se viaja también comunicamos nuestras vivencias al llegar a casa. Cuentamos nuestras vivencias tanto a familiares y amigos pero también en las redes sociales y blogs personales.
Es un proceso cíclico en el que la inspiración para apostar por un destino turístico dependerá de las opiniones de otros viajeros, las recomendaciones y reputación online son claves a la hora de generar el deseo de viajar.
Ya no es importante el qué sino el cómo. El destino turístico ya no se vende por el lugar sino por lo que se puede llegar a experimentar en él. Una gran novedad es que aparece el diálogo bidireccional entre los usuarios y las empresas turísticas tanto antes, durante y después del viaje.
El protagonista ya no es el destino sino el turista, aquí es donde aparece el marketing experiencial siendo imprescindible transmitir las emociones del viajero. El viaje social sustituye al viaje impersonal. Por ello, es realmente importante que nosotros como viajeros influyentes en el destino y conducta de futuros viajeros mostremos comportamientos ejemplares, conscientes y críticos.