Por fin… Llevaba tiempo deseando sentir esta sensación.
Fue en 2012, durante mi intercambio en Brasil, cuando empecé a conocer alternativas. Sinceramente, creo que no fue por el país en sí, simplemente fue el «salir de la cueva”. Llevaba tiempo sientiéndome presa de un camino que no había decidido, de unos hábitos y formas de hacer, que aunque no me disgustaban, no eran exactamente lo que en ese momento quería.
La carrera de arquitectura se me hizo larga y dura. Estoy muy satisfecha de haberla terminado, pero en muchos momentos tenía la sensación de estar en el lugar donde no debería estar y siempre quería estar haciendo algo diferente. Fuera donde fuere, en la uni, de fiesta, paseando por la calle, haciendo deporte, conociendo personas… siempre pensaba: me gustaría estar en aquel lugar. No estaba del todo segura qué era lo que no funcionaba, pero sabía que algo pasaba.
Conociendo poco a poco Brasil, su cultura, sus lugares, sus gentes, descubrí cosas increibles y aprendí a conocerme más. Aprendí también a viajar de una manera diferente, con calma, conociendo a sus gentes, sin lujos pero con miles de ellos. Nunca había experimentado antes nada así. Fue una sensación de libertad y felicidad ilimitada. Con tiempo para mi, para reflexionar, llorar, reir, saltar, ¡volar! Mi primer viaje largo lo hice con Max. Juntos aprendimos a vivir/viajar de esta manera. Ahí fué cuando empecé a plantearme el concepto de “viaje”.
Hasta hace poco, para mi viajar significaba desplazarse a otro lugar y disfrutar, normalmente, no más de unas semanas. Pero después de lo vivido y, sobre todo, de haber conocido personas con vidas y objetivos tan diferentes, comencé a cuestionarme el término “viajar”. Además personalmente creo que más que de la cultura en concreto, se aprende de las personas en particular que encuentras por el camino. Personas que no siguen la corriente en su entorno, sino que enfrentan la vida a su manera; personas que te marcan, te inspiran, te motivan.
¿Por qué no pensar que el viaje comienza cuando sales por la puerta de casa? ¿que el trayecto forma parte del viaje? ¿que el trayecto ES el viaje? Y quizá voy aún mas lejos… ¿por qué no vivir viajando? Tengo la extraña y placentera sensación de que me ha picado el mosquito del nomadismo… Una vez te pica, ¡no puedes parar!
Dos amigos que conocí en diferentes momentos hace ya unos años me revelaron, sin que en ese momento yo me diera cuenta, esta manera diferente de viajar. El primero fue Iván, mi compañero de urbanística. De vez en cuando, mientras trabajábamos, recuerdo que me contaba anécdotas sobre un viaje que hizo por diferentes países (Turquía, Siria, Jordania, Israel, Egipto, Sudán, Ethiopia, Kenia, Tanzania, Japón) durante 3 años, un largo tramo en bicicleta. Me hablaba sobre los diferentes olores, sabores, colores,… sobre hábitos y formas de vida muy diferentes a los nuestros. Era la primera vez que alguien me hablaba de formas de viajar tan diferentes a las que estaba acostumbrada a oir, nunca se me hubieran ocurrido. En ese momento, yo escuchaba estos relatos de una manera un tanto escéptica, no acababa de creérmelo o entenderlos del todo, pero me encantaba que me los contara.
Otro amigo que conocí viajando de una manera peculiar fue Sergi. Lo conocí mientras realizaba la vuelta a la península en kayak en solitario. Una vez conseguido, el kayak le llamó de nuevo y ahora está recorriendo el Mediterráneo en kayak, salió de Barcelona hace mas de un año y en este momento ya está en Córcega. Sin duda, conocer su historia motiva y mucho. Se puede seguir su trayectoria en: rumbo-mediterraneo.
Cuando empiezas a viajar es increible la cantidad de personas que te encuentras realizando sus sueños. Sueños inimaginables cuando llevas una rutina de la casa al trabajo y del trabajo a casa. Pero sí, esas personas los llevan a cabo y realmente inspiran. Desde hace ya un par de años, he conseguido estar donde quiero estar. Sentir esa libertad que se ha hecho de rogar… Por fin, ¡puedo empezar a volar!
¿Y tú? ¿Estás donde quieres estar?
5 comentarios
Esta es la entrada que más me ha gustado de todas, es la más personal supongo. Me haces sentir curiosidad (y también escepticismo, claro) hacia experiencias así y hacia ti como persona. Me das envidia y pese a todo, creo que eso no es para mí.
Espero que te enriquezcas tanto o más de lo que esperas, porque va a ser inevitable y sobre todo, que sigas consiguiendo estar donde quieras estar y como quieras estarlo.
¡A comerse el mundo se ha dicho!
¡Igna!
Gracias!!!
Tú también estás viviendo una experiencia bastante nueva, ¿no? Diferentes aventuras pero los dos en busca de algo distinto a lo que ya conocemos.
¡Un abrazo!
¡ Enhorabuena Paula!
Me alegra saber de ti nuevamente y poder seguir tus pasos por el mundo, que espero sean incontables y llenos de experiencias enriquecedoras.
Para los que nos "quedamos" y con tu permiso, viviremos como nuestras tus vivencias como parte nuestra que te sentimos. Siempre que nos necesites, ya sabes que por esta latitud donde me encuentro estaremos, pero ahora, sobre todo… conoce, siente, crece, ¡¡ VIVE !!
Un abrazo E-norme!!
¡Qué alegría leerte por aquí Juan Carlos! Gracias 🙂
Te mando fuerte abrazo!!
Pos no, no estoy donde quiero estar, estoy atrapado en la rutina del trabajo a casa y viceversa, pero ya pronto saldré de la cueva, lo necesito.
Por otra parte, Paula, ¿has considerado escribir un libro?. Me gusta como relatas tus experiencias, me engancha.